viernes, 30 de noviembre de 2012

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MÚSICA 2                                         Fernanda Gutiérrez 1ºE
Principales interpretes             
               
Violetta Eliza Villas
Nombre de pila: Czesława Maria Gospodarek de domo Cieślak (Lieja, 10 de junio de 1938 - Lewin Klodzki, Baja Silesia, Polonia, 5 de diciembre de 2011) fue una soprano de origen polaco.
Cantante, compositora, letrista y actriz de teatro y de cine, Villas poseía un rango vocal de cinco octavas que le permitía saltar desde oscuros graves como un E2 hasta excelentes agudos como un A7.
Gracias a su extenso registro, Villas podía funcionar como barítono, tenor, contralto, mezzosoprano y soprano con pleno dominio y comodidad en todos los roles; un atributo único entre los cantantes de cualquier género, en los campos de la música clásica y popular. Poseía tambien la habilidad de ejecutar la coloratura en cualquier registro, y gozaba de un perfecto control de vibrato, así como la velocidad del mismo; lo que, en su rango agudo, dependiendo tambien de su abarcadora y variable impostación, le permitía ser clasificada como una soprano de cualquier tipo
Estilo: lírica, ligera, dramática, de coloratura, spinto, soubrette, sfogato y falcon. Tocaba el piano, el violín y el trombón; y poseía, además de una perfecta afinación, un oído absoluto.
Aportaciones: En el año 1966, debutó en el Olympia en París, después en el Casino de Paris en Las Vegas. En Las Vegas Violetta Villas cantó con Frank Sinatra, Barbara Streisand y Eartha Kitt.
En el año 1971 Villas volvió a Polonia.


Éxitos:
                 Año         Título

1962     Rendez-vous with Violetta Villas
1966     Violetta Villas
1969     Do ciebie mamo

Año
Título
Przyjdzie na to czas
Czterdzieści kasztanów
Mamma
Do ciebie, mamo
W Zakopanem pada deszcz
Znowu ciebie mam
Nie ma miłości bez zazdrości





Ewa Farna
Nació12 de agosto de 1993 en Třinec, es una cantante de Estilo pop rock checa.
Nació dentro de una familia polaca en Třinec, perteneciente a la minoría polaca en la República Checa.
Farna ha publicado dos álbumes de estudio con letras en el idioma checo, que ganaron disco de platino en la República Checa y fueron después regrabados y publicados en idioma polaco. Farna es la cantante más joven y comercialmente exitosa en la República Checa.

 


Año
Título
2006
2007
2007
2009
2009
2010
Éxitos:

Aportaciones
·         1er lugar en el Festival de Opole (Superjedynki), Polonia - Album del Año - Cicho8
·         1er lugar en Sopot Hit Festival: Hit Polaco del Verano - "Cicho"9
·         Album del Año: DVD mejor vendido: Blíž ke hvězdám
·         Los premios Angel 2008: Nominada a Solista Femenina del Año
·         Nominada a mejor cantante femenina como candidata de Polonia para los premios MTV europeos (MTV EMA)
·         1er lugar en los premios Musiq1 Television, como mejor solista femenina (Eslovaquia)
·         Český slavík: 3er lugar en la categoría Solista Femenina

polonia tradiciones

jueves, 29 de noviembre de 2012

Musica

 BIOGRAFIA
En gran medida, a la música clásica polaca le dio forma la tradición romántica. Su precursor fue Federico Chopin (1810-1849); muchas de sus obras unieron la expresión romántica al folclore polaco. Esta corriente fue asumida por Stanisław Moniuszko (1819-1852), autor de óperas nacionales y de una serie de canciones, interpretadas hoy en día en el marco del Festival Moniuszko en Kudowa-Zdrój, entre otros. La tradición chopiniana dejó también su marca en la escuela de piano polaca. Grandes virtuosos del piano -Józef Hofmann, Artur Rubinstein o Ignacy Paderewski- interpretaron a Chopin con particular predilección.

En el periodo de entreguerras nacieron distintos concursos internacionales, entre otros uno de los más antiguos del mundo, el Concurso para Violín Henryk Wieniawski (destacado violinista-virtuoso), que se lleva a cabo en Poznań desde 1935, o el Concurso para Piano Federico Chopin, en Varsovia (desde 1927), en el que debutaron, entre otros, Dmitri Shostacovich, Janusz Olejniczak y Kristian Zimerman. En el campo de la composición la primacía estaba en manos en aquel entonces de Karol Szymanowski (1882-1937), creador de música emocional, frecuentemente de tono folclórico (por ejemplo el ballet Harna?), que últimamente se ha vuelto popular en Europa gracias al empeño de sir Simone Rattle, director de la orquesta de Birmingham, en la propagación de la obra del compositor (destacan sus grabaciones para EMI).

Después de la Segunda Guerra Mundial los compositores polacos, actuando bajo una fuerte presión política, se vieron forzados a escribir obras para celebrar distintas "ocasiones". Algunos emigraron (Roman Palester, Andrzej Panufnik, Roman Maciejewski), otros, para no subordinarse al sistema se centraron en el mundo del folclore o en los ideales de la música absoluta. Gracias a eso surgieron obras de valor no marcadas por ningún sello político (La Primera sinfonía de Lutosławski, las obras de Grażyna Bacewicz y Bolesław Szabelski). La situación cambió después de 1956, con el "deshielo" político. Los polacos se encontraron pronto en una nueva realidad artística. Surgieron, a un ritmo extraordinariamente rápido, obras que constituían una interesante ampliación de las ideas populares en Europa; entre ellas sobresalieron las obras de Tadeusz Baird y Kazimierz Serocki, autores que fundaron en 1956 el Festival Internacional de Música Contemporánea Otoño de Varsovia -uno de los más importantes de Europa-, que existe hasta la fecha y que se lleva a cabo cada año. De la misma manera aparecieron revolucionarias ideas estéticas relacionadas con el llamado sonorismo, es decir, con la técnica de creación musical basada exclusivamente en el timbre. El pionero del sonorismo fue Krzysztof Penderecki (1933), quien marcaría una dirección completamente nueva en el desarrollo de la música contemporánea en Europa. La vanguardia de Penderecki parecía chocante; utilizaba sin escrúpulos ruidos que se encontraban en la frontera entre el arte y la vida: susurros, golpeteos, gemidos de sierras o el tecleo de máquinas de escribir (Fluorescencias).

En cambio, Witold Lutosławski (1913-1994) concentró su atención creadora en los problemas de la perfección de la forma y en el refinamiento sonoro. Su música es un arte polifacético, rico y diferenciado interiormente, que fascina con el discreto encanto de las constelaciones sonoras, aunque no despojado de energía dramática (Tercera y Cuarta sinfonías, Concierto para piano).15 CANCIONES QUE TUVIERON MAS ÉXITO EN POLONIA

A donde llegara el pobre
Separame de ti
El que sabe sabe
Sisua , Sisua
Lo que le paso a Juan
Antes de que yo me muera
Adagios verdaderos
Me crié velando
Cuando sea policía
La cama grande
Como quiera dicen
Los tres niños inocentes
Cosa increíbles
Debo y no puedo pagar
El pajarito se le murió

http://es.7digital.com/shop/827/release/575235/item/6387010/playCancion de Polonia
http://m.youtube.com/watch?v=8T7x6J9XF5A

Baile Polaco (Sociedad Polonesa Federico Chopin de Rosario)

Folclor

 FOLCLOR
Tradiciones y fiestas

Polonia es una nación a la que le gusta festejar, apegada a las tradiciones, y que mantiene viejas costumbres. Las costumbres más viejas, especialmente las relacionadas con las épocas paganas, ya hace mucho tiempo que perdieron su carácter mágico, siendo ahora una reliquia del pasado y un elemento de diversión. La relación con la tradición se siente fuertemente en el momento en que se realizan las fiestas religiosas, tales como la Navidad, la Pascua, el Corpus Cristi, durante el que se realizan procesiones muy vistosas, o el día de Todos los Santos. También gozan de mucha popularidad las peregrinaciones a los lugares rodeados de cultos religiosos: para los católicos es, por ejemplo, al convento de Czestochowa en Jasna Gora, para los judíos la tumba de cadyk en Lezajsk y para los ortodoxos Grabarka.
En el calendario de fiestas nacionales, los lugares más importantes lo ocupan el aniversario de la reconquista de la independencia de Polonia en 1918, que se celebra el 11 de noviembre, así como el aniversario de la primera constitución polaca aprobada en 1791, que se realiza el 3 de mayo. Estos días son festivos por ley y no se trabaja. Por eso se organizan actos, desfiles, conciertos y fiestas.
En Polonia también se celebran otras simpáticas fiestas con un carácter un tanto distinto. Entre ellas se encuentran el Día de la Mujer (el 8 de marzo; en la actualidad es menos popular que en la época de la República Popular Polaca), el Día de la Madre (el 26 de mayo), el Día de la Abuela (el 21 de enero) o el Día del Niño (el 1 de junio), al que acompañan fiestas para los más pequeños.
Los polacos celebran el día de su santo y también el día de su cumpleaños. En general, esto está relacionado con el recibimiento de deseos y regalos de los más cercanos y con la organización de grandes o pequeñas recepciones.
Entre las fiestas favoritas se encuentra la de San Andrés, la última fiesta antes del Adviento, en la que se adivinan diferentes cosas para el año entrante. Lo más popular es adivinar el destino de las formas que salen de la cera caliente metida en agua fría.
Cocina de Polonia
En la actualidad, en la cocina polaca hay elementos de las tradiciones culinarias de los pueblos que vivieron durante siglos cerca unos de los otros, formando una cultura multinacional, es decir, judíos, ucranianos, bielorrusos y lituanos. También se ven las influencias rusas, alemanas, checas, austriacas, así como las influencias de la lejana Italia, Francia e inclusive de Oriente Medio.
La especialidad polaca son los embutidos, especialmente, se valoran los chorizos en todo el mundo, gracias a la aplicación de recetas tradicionales y viejos métodos para ahumar con humo de enebro o con leña de árboles frutales aromáticos. Vale la pena probar un chorizo adosado con frutos de enebro o con ajo. También gozan de popularidad los jamones con un sabor delicado, los filetes de solomillo y el tocino. Es importante mencionar los deliciosos patés de diferentes tipos de carne, por ejemplo, de carne de caza.
Otra especialidad polaca es el pan. El pan negro o el pan de centeno, además de tener un sabor excelente, son la base, de la cada vez más popular en el mundo, comida sana.
El plato obligatorio en la comida es la sopa. La sopa de remolacha, que se sirve con ravioles (hechos de una masa de setas o de judías), pertenece a una de las tradiciones culinarias que desde siglos se come gustosamente. También es sabrosa una sopa de harina con sabor agrio llamada "zurek", que se hace con setas y se sirve con patatas, embutidos cortados en trozos y huevo duro. Un plato muy valorado es una sopa de setas del bosque con crema, que se sirve con bolitas de pasta. Otras sopas populares son: la sopa de col, la sopa de cebada, la sopa de patatas y la sopa de tomates. Una atención especial merece el caldo de pollo o de carne vacuna, servido con macarrones y abundantes verduras.
Las carnes se hacen de diferentes maneras: al horno, cocidas, fritas o a la parrilla. Se sirve caliente (con deliciosas salsas) y fría, con guarniciones de mostaza, rábano picante, setas adobadas y pepinos agrios.
Una comida clásica es la chuleta de lomo de cerdo empanada, con patatas (papas) y col (repollo). El lomo de cerdo al horno es exquisito o el codillo de jamón cocido, así como la morcilla, que en alguna época perteneció a la comida del campo, mientras que ahora, está en las cartas de los mejores restaurantes. Algo parecido sucede con la manteca de cerdo (hecha de grasa de cerdo, derretida con torreznos, trozos de carne, embutidos, cebolla y ajo, condimentada con sal, pimienta y frecuentemente, con hierbas aromáticas).
HISTORIAS POLACAS
EL PADRE DE POLONIA

Desde que tuvo uso de razón, José Pilsudcki, hijo de familia hidalga, no hizo otra cosa que pelear por la libertad de Polonia, tradicionalmente oprimida por la doble tenaza ruso-prusiana. Conoció la cárcel, el destierro, el manicomio... hasta que un día, el 20 de febrero de 1 91 9, a favor del armisticio, fue clamorosamente exaltado a la presidencia interina de la nueva República polaca.
EL PADRE DE POLONIA
Pilsudcki no era militar de oficio, pero, por vocación, conocía al dedillo el arte de la guerra. Sirvió en este campo con toda eficacia los intereses de su patria y después, por un tiempo, se retiró de la vida política para dar paso al libre juego democrático. Las cosas, sin embargo, no fueron bien por aquel camino; pronto el parlamentarismo se reveló inoperante para la marcha del país. En vista dlo cual, en 1926 se valió de un golpe de Estado para volver a asumir el mando supremo del Ejército, bajo la presidencia ahora de un hombre nuevo, Moscicki.
— Decididamente —comentaría, con sorna un diputado desafecto a la nueva situación — , Polonia tiene mala suerte. Su primer presidente fue asesinado como un perro, al segundo le echaron como a un perro y el actual obedece a Pilsudcki como un perro.
Cuando Pilsudcki supo de aquella rabotada, comentó flemático:
— Déjenle ustedes que siga ladrando como un perro.
Era así: despreciaba olímpicamente los ataques personales. Sólo le preocupaba servir honesta y rectamente a su pueblo, aquel buen pueblo que le correspondía llamándole cariñosamente dria-dek (padrecito).
Otra vez, sabedor de que había sido excarcelado un notable poeta de ideas extremistas, se apresuró a mandarle un obsequio. Pero el poeta lo rechazó airadamente. Sin incomodarse, Pilsudcki volvió a mandárselo con estas expresivas palabras: "Puesto que rehusa usted el regalo del mariscal de Polonia, acepte al menos el envío de un anciano compatriota al que le entusiasman sus poemas". Y el poeta aceptó.





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Arquitectura en Polonia


La arquitectura y las condiciones naturales de esta república es rica y variada hay trece monumentos históricos.

Catedral de San Juan Bautista

La catedral, construida en el siglo XIII sobre un antiguo templo aunque tiene elementos del siglo XVI y reconstruido a mediados del XX después de la guerra. Portada gótica-renacentista. En el interior encontramos tres naves con crucero. Destacar también el tríptico del altar de 1522.







El Ayuntamiento
La construcción del Ayuntamiento se realizó entre los siglos XIII y XVI. En una parte del Ayuntamiento se construyó también una torre de 67 metros con un casco renacentista. Allí se encuentra la campana más antigua en Polonia (1368). En la fachada del Ayuntamiento se encuentra un reloj astronómico medieval del siglo XVI. El Museo Histórico de Wrocław, donde se puede apreciar el arte silesiano, está situado en Ayuntamiento. 


Castillo de Pieskowa Skała
La edificación de defensa se construyó por órdenes de Casimiro el Grande en el siglo XIV. El carácter renacentista se la dieron 200 años más tarde sus propietarios de aquel tiempo: Hieronim Szafraniec, secretario del rey Segismundo el Viejo, y su hijo Stanisław. El patio de arco lo edificaron arquitectos traidos de Italia. La torre del reloj recibió un escudo parecido a los de las torres del castillo real en Wawel. Al lado los forasteros de Italia colocaron una loggia arqueada, mientras que más tarde diseñaron un jardín italiano organizado en una terraza a orillas del despeñadero. Hoy en día el castillo alberga un museo que presenta los cambios de estilo en el arte europeo, y la mayor galería de pintura inglesa en Polonia.

Castillo Real de Varsovia

El castillo ha sido residencia oficial de los reyes polacos hasta el reparto de su territorio. Fue completamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial y reconstruido fielmente entre los años 1970 y 1974. Actualmente alberga un magnifico museo. 









miércoles, 28 de noviembre de 2012

Literatura



LITERATURA:


La literatura de Polonia es considerada, después de la literatura rusa, la más importante de las literaturas eslavas, que a su vez también es parte integrante de la literatura occidental.
Evolución
Los inicios de la literatura polaca se remontan a la Baja Edad Media, cuando el país ya se había convertido al cristianismo y se comenzaron a componer cantos religiosos en lengua vulgar. El latín era la lengua de la Iglesia, pero inevitablemente tuvo que servirse del polaco para alimentar la fe de los fieles, que en su gran mayoría desconocían la lengua latina. El documento conservado más antiguo data del siglo XIII y es una oración a la Virgen María, la Bogurodzica (Madre de Dios), que incluso se empleó como himno nacional durante las batallas. Además también quedan, del siglo XIV y XV, himnos religiosos, breves poemas de amor y un género de sátira; en cuanto a la prosa hay fragmentos de sermones y de traducciones de la Biblia y del Salterio.
La influencia del humanismo y de la Reforma en el siglo XV y en la primera mitad del siglo XVI causó un florecimiento de obras en latín y una actividad cultural basada en las íntimas relaciones con Italia. La poesía y la prosa fueron en principio en latín, pero más tarde también se escribió en polaco. Encontraron sus modelos en la literatura clásica y en la contemporánea de los otros países europeos, pero elaborando los temas del patrimonio nacional, y distinguiéndose por rasgos concretos y demás elementos patrióticos.
En el año 966 Polonia entró en la esfera de la cultura cristiana, por lo que adquirió el latín como lengua literaria. La cultura precristiana original del país desapareció y, como era costumbre en la Europa de esa época, la lengua y la literatura latinas se convirtieron en las principales materias de estudio en todas las escuelas polacas. Entre las más importantes de las obras polacas escritas en latín se encuentran el Chronicon, una obra biográfica escrita por un autor anónimo del siglo XII llamado más tarde Gallus, la Chronica Polonorum, una crónica alegórica del obispo de la Cracovia del siglo XIII Wincenty Kadlubek, y Annales, otra obra histórica que destaca por la meticulosa erudición de su autor, el obispo del siglo XV Jan Dlugosz, tres obras que permitieron a la literatura polaca entrar a formar parte de la cultura europea de la época. Entre las obras escritas en lengua vernácula durante este periodo, se encuentran Los sermones de la Santa Cruz, compuesto por fragmentos de sermones en prosa de finales del siglo XIII o comienzos del XIV, Los sermones de Geniezno, del siglo XV, y traducciones bíblicas como Salterio de San Florián, de finales del siglo XIV o comienzos del XV, y la Biblia de la reina Sofía, del siglo XV. Asimismo, han sobrevivido también vidas de santos, a menudo en rima, y poesía en forma de canciones históricas, didácticas y religiosas, proverbios y acertijos, escritos tanto en latín como en polaco. Bogurodzica (Madre de Dios), un himno religioso en honor de la Virgen María, está considerado como el poema polaco más antiguo, y ha sido canto de guerra e himno nacional polaco. Otro ejemplo importante de poesía laica polaca es el Diálogo entre el maestro y la muerte, una obra del siglo XV que contiene elementos de sátira social.
La literatura polaca debe, para lo bueno y para lo malo, su variedad y su especificidad, su fascinante heterogeneidad, pero también el hermetismo que le dificulta una carrera a nivel mundial, a su relación con la compleja y dramática historia de Polonia. Desde sus principios -y los primeros textos literarios escritos en polaco provienen del siglo XIII- hasta el ocaso del siglo XVIII, la literatura polaca, la literatura de un país libre (que en el siglo XVI llegó incluso a ser una potencia), experimenta todas las aventuras y las transformaciones de la literatura europea, produciendo poetas a la medida de la época, como Jan Kochanowski, Mikołaj Sęp Sarzyński o Ignacy Krasicki, incluidos en la vanguardia europea de creadores del Renacimiento, el Barroco y la Ilustración.
El ocaso del siglo XVIII, cuando Polonia pierde la independencia y deja de existir como país durante más de 120 años, traerá consigo una situación extraordinaria, abundante en consecuencias vivificantes, pero también letales para la literatura. Para una nación privada de un estado y de todas sus instituciones, el escritor se convierte prácticamente en todo: líder espiritual (y muchas veces también político), autoridad moral, legislador, guía. La literatura se convierte en la única forma de expresión y conservación de la identidad cultural nacional; la lengua, en la única patria. Esto provoca que en la literatura polaca del siglo XIX -como nunca antes ni después- la palabra del poeta alcance el nivel del bien más alto, del derecho, de la verdad, casi de la revelación. El poeta se convierte en "inspirado divino y profeta" nacional, la literatura, en "servicio, mensaje, misión". Esa tarea la podían llevar a cabo sólo los más grandes, los más geniales poetas del siglo XIX: Adam Mickiewicz, Juliusz Słowacki, Zygmunt Krasiński, Cyprian Kamil Norwid.
Cargada con una responsabilidad patriótica, la literatura se enfrentará desde entonces, y en distintos momentos de la historia polaca, a la presión del pueblo -o se rebelará contra su peso. Entre este "deber" y esa "rebelión", se extiende un terreno, excepcionalmente rico -ideológica y estéticamente-, en el que funcionan hasta hoy la poesía, la prosa y el teatro polacos.
Este dilema y este drama, que va de la universalidad al hermetismo, ilustran por ejemplo los destinos y la significación europea de los primeros polacos galardonados con el Nobel de literatura. Henryk Sienkiewicz (1846-1916), autor de novelas vertiginosamente populares sobre la historia de Polonia, "escritas para consuelo de los corazones" (y que hasta hoy siguen siendo los libros más leídos en el país), alcanzó fama mundial gracias a Quo Vadis, novela que muestra la formación del cristianismo y que ha sido llevada al cine varias veces, entre otras en Italia, Estados Unidos y Polonia. En 1905 ha ganado el premio Nobel. Tambien Władyslaw Stanisław Reymont (1867-1925) fue premiado por la epopeya Campesinos, libre de los secretos y los problemas polacos.
La literatura polaca del siglo XX -sobre todo después de que Polonia recobrara la independencia tras la Primera Guerra Mundial- hizo de la rebelión contra aquellos "deberes" uno de sus rasgos característicos fundamentales. Witold Gombrowicz, seguramente el prosista polaco contamporáneo más destacado, de fama y significación internacionales, hizo precisamente de la liberación, del "desprenderse de lo polaco", el tema principal de su innovadora creación.
Un tono desconocido hasta entonces -lo grotesco ambivalente, el catastrofismo filosófico- aparece en la escritura de Bruno Schulz y de Stanisław Ignacy Witkiewicz, cuya obra dramática anunciaba ya el "teatro del absurdo".
Puede decirse que la literatura polaca de la época de los gobiernos comunistas se desarrolla por dos vías. Por un lado, la literatura de la emigración (Miłosz, Gombrowicz, Herling-Grudziński, Kołakowski), libre de las limitaciones de la censura y libre de toda "servidumbre ideológica"; por el otro, la literatura producida en el país, que, por la fuerza de las cosas, tenía que encontrar para sí una forma de existir y un lenguaje que, a pesar de todas las limitaciones, le permitieran una expresión más o menos normal. El surgimiento, después de 1976, de la "circulación alternativa" de la literatura -revistas y editoriales clandestinas e ilegales- de alguna manera salvó la literatura polaca, y lo que es más, contribuyó a los cambios históricos que culminaron en 1989.
Paradójicamente, las difíciles condiciones históricas y de existencia para la libertad de palabra, enraizadas todavía en la tradición decimonónica, contribuyeron a la formación del fenómeno de la "escuela polaca de poesía", cuya significación e influencia a nivel mundial es difícil sobrestimar, y cuyo rasgo característico más importante es la capacidad de hablar sobre los destinos del individuo inserto en la trama de la historia, discurso que une en sí la perspectiva individual con la universal, la existencial y metafísica con la histórica.
La grotesca dramaturgia de Sławomir Mrożek registra este destino desde un punto de vista totalmente diferente y con distinto lenguaje. Y todavía de otra forma habla de él la "escuela polaca del reportaje", que constituye un género distinto, muy popular en el mundo. La imagen la complementa la obra en prosa, traducida a distintas lenguas, de Jerzy Andrzejewski, Jarosław Iwaszkiewicz, Tadeusz Konwicki, Andrzej Szczypiorski, Marek Hłasko. También desde la ciencia ficción -con una poética filosófica propia y diferenciada-, la obra de Stanisław Lem, sin duda el escritor más importante de este género a nivel mundial, da fe de ese destino.
Tras la caída del comunismo en 1989, en la literatura polaca aparecen, o toman una fuerza de expresión significativa, nuevas tendencias, de las cuales las más importantes e interesantes parecen ser las que intentan buscar en la complejidad de la historia reciente raíces espirituales propias o una "patria chica" propia (las novelas de Paweł Huelle, Stefan Chwin, Antoni Libera), así como las pruebas de trasladar a la literatura el lenguaje de los medios de comunicación de masas contemporáneos, los signos y los héroes de la cultura de masas.
La literatura polaca contemporánea se desarrolla entre la tradición y la actualidad, entre el "deber" y la "revuelta", entre la metafísica y la historia; se trata de una literatura "en camino", en marcha constante, una literatura que aspira y desea lograr un entendimiento, registrar, perpetuar y salvar la verdad sobre la aventura del hombre en el mundo...
Teatro del absurdo
La carrera mundial de los dramas de S.I. Witkiewicz -Witkacy- (1885-1939) comenzó apenas en los años 50 del siglo XX. Su estructura apela a la artificialidad de la realidad teatral, y su absoluta renuncia a construir una ilusión, a la que antes se le reprochaba "incomprensión", se acercó así a la poética del joven "teatro del absurdo". Es más, la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial y la posterior división de Europa parecían confirmar el catastrófico diagnóstico de Witkiewicz: el orden del viejo mundo, condenado al exterminio, había sido sustituido por una dictadura de masas aturdidas, y la revolución no había significado la liberación ni siquiera para sus autores. El terror de estas predicciones de Witkacy se veía "amansado" por el humor negro típico de la literatura de lo grotesco, tanto en sus novelas (Despedida del otoño) como en sus obras escénicas, con Los zapateros a la cabeza.
En ese mismo cajón se ha tratado de meter la dramaturgia de Witold Gombrowicz (1904-1969), que desde Ivonne, princesa de Borgoña, pasando por El matrimonio, hasta Opereta, una de sus últimas obras, llevó al teatro la problemática de sus novelas. Las situaciones escénicas -relaciones "físicas" directas entre actores- servían de manera excelente a la transmisión de los principales elementos de la filosofía gombrowicziana, manifestación de la mutua creación de la gente por la gente -convenciones, roles sociales y las constantes pruebas de subordinar a los otros a la propia imaginación.
La expresión "teatro del absurdo" facilitó el arranque internacional de los dramas de Sławomir Mrożek (1930), desde Tango, entusiastamente recibido en los teatros europeos, hasta Los emigrantes. La verdad es que el mismo autor ha subrayado que pueden encontrase más cosas absurdas en la realidad (especialmente en la de la Polonia popular de los años 60) que en sus obras, sin embargo, el humor grotesco fue también en su obra una respuesta a la deformación del mundo contemporáneo, a la disgregación de las normas y los valores.
Otro dramaturgo polaco cuyas obras se representan con frecuencia en el mundo es Janusz Głowacki (1938); prosista y guionista cinematográfico, en un principio, tomó de sus antecesores la tendencia a crear situaciones divertidas que ilustraran temas sumamente serios y a tomar una distancia con los personajes apoyada en la burla. Ya en Antígona en Nueva York se sirve de la alusión literaria, creando nuevos contextos para los protagonistas provenientes de las obras más importantes de la dramaturgia mundial (Se emborrachó Fortinbrás, La cuarta hermana).
Escuela polaca de poesía
Con el nombre de "escuela polaca de poesía", creada, dicho sea de paso, fuera de Polonia, se define la creación de un grupo de destacados poetas contemporáneos. No se trata, sin embargo, de un término literario específico y no se refiere a un "grupo poético" o a una "tendencia". Es más, si uno compara las biografías y los logros de los personajes mencionados aquí, pueden apreciarse más diferencias que similitudes.